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No podemos callar lo que hemos visto y oído. (Hch. 4, 20)

Cualquier día, alguién se va...

cualquier día de estos se nos va la vida. que curioso, solo nos damos cuenta de lo que apreciamos a las personas cuando las perdemos. la pena es no disfrutarlas mientras la tenemos a nuestro lado, darnos cuenta cuando es su ausencia la que nos perturba. en el camino de la vida todos tenemos una meta final, una encrucijada en la que nos separamos inexorablemente. cuando llega ese momento toda nuestra existencia pasa por delante de nosotros como si fuese una película. en ese momento recordamos las ocasiones vividas, las alegrías compartidas y las penas conyevadas. quisieramos entonces recuperar tantos y tantos momentos en los que nos quedamos con la gana de estar con esas personas. yo ya llevo varios amigos que han llegado al cruce de caminos, y la verdad es que no te acotumbras nunca, piensas cuando llegará la tuya, y deseas en esos momentos que no se retrase mucho. yo creo en la resurrección, por eso no vivo mi muerte como un adios, sino como un descanso, como un momento de volver a encontrarte con aquellos a los que anhelas. ahora, cuando repaso a esas personas que ya no están me pregunto: ¿cuando podré yo también ir con ellas?. tengo 32 años, pero mi corazón anda un poco cansado, quizás necesite descansar. Sólo Dios sabe todo lo que hay dentro de mí, sólo él sabe lo que soy capaz de amar, de odiar, de olvidar, de pensar, de soñar... sólo él sabe quién soy en realidad, como soy en lo más profundo de mi ser. por eso la muerte puede que sea un verdadero descanso, estar con él, no tener que vivir en el esfuerzo, no tener que mendigar los sueños; en una palabra: ser yo de forma profunda. Con él no existen las apariencias, las percepciones, los que dirán. Con él solo existe la trasparencia y la paz. Mi oración, cada noche es la misma: El Señor me conceda una muerte santa y una noche tranquila. Cerrar los ojos pensando que los abriré para vivir en plenitud. No es que quiera morirme!, es que pienso en la muerte como dejar por fin descansar mi vida en las manos de Aquel que se que me ama. Es una suerte saber que Él no me juzga, no me condena, no me echa en cara mis infidelidades ni mis mil defectos; saber que Él sólo sabe ver lo bueno que hay en mí. De niño pensaba que cuando alguien moría, se convertía en una estrella. En la adolescencia me convencí de que la muerte es final de todo. Ahora, que me ha tocado vivir la separación de almas cercanas a la mía, pienso en la muerte como una fiesta, la fiesta que se les hace a los amigos a los que hace mucho tiempo que no ves. Juan, Raúl, Alberto, Ana, Raquel, Sonia, Fran, Alba, Pedro, Alfonso... y algunos otros que están ya de fiesta. Siento un poco de envida, no lo negaré, al pensar que todos ellos quizás aún hacian algo de falta aqui, y que yo podría haberme marchado en lugar de ellos. Todos ellos han dejado un gran vacio en mi; un vacio material. Pero es aún peor pensar en aquellos que estando vivos, no existen, aquellos para los que el que ha muerto eres tú. Noche destemplada cuando llegan los verdugos jubilosos. Historias que parecían no acabar nunca y que la distancia remató. No se gana la partida de la vida ni por guapos, ni por exitosos, ni por centros del universo; porque ésta partida no la ganamos nunca, es un eterno juego de estrategias, de sonrisas y sufrimientos, donde lo único importante es quien hayas elegido de compañero de juego, donde lo único doloroso es que tus compañeros de juego terminen antes que tu la partida; tener que seguir solo el juego, eso es realmente lo que nos da miedo de verdad. Seguir solos en la partida, o mejor dicho, sentir que juegas solo. Decimos que quien se marcha no regresa, pero, ¿nos hemos preguntado alguna vez si quieren regresar?. no lo olvidéis: VIVID CON LOS QUE TENEIS A VUESTRO LADO, VIVID CADA SEGUNDO COMO SI FUESE EL ÚLTIMO, DISFRUTAD CADA MIRADA COMO SI EL SOL SE FUESE A ESCONDER, CADA CARICIA COMO SI EL MAR LO CUBRIESE TODO, CADA INSTANTE COMO EL INICIO DE UN LARGO SUEÑO. VIVID Y DEJAOS VIVIR.

1 comentario

capi -

siento no saber por qué siento lo que siento. Ese es mi pensamiento al leer estas lineas. Siento al recordar que cualquier tiempo pasado quizás fue mejor o quizás no. El recuerdo solo es el primer sintoma del dolor, por eso hay que recordar con alegría, quedandose con lo bueno y desterrando todo lo malo. Pedro, amigo, muchas gracias por estas palabras. Hace que uno se de cuenta de muchas cosas, y se arrepienta de otras muchas tanto por haberlas hecho como por nunca haberlas realizado. Espero tener en cuenta esto y aprender de los errores para no volver a cometerlos. Aunque siempre me tropiezo de nuevo.
Un abrazo amigo, hasta pronto.