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No podemos callar lo que hemos visto y oído. (Hch. 4, 20)

Manifestación del día 17 de octubre

Manifestación del día 17 de octubre

Nadie que se precie puede estar a favor del aborto. Es más, nadie puede tan siquiera quedarse al margen y no decantarse. Sin duda alguna, la obligación de la iglesia está en defender la vida como el bien más preciado, defender la vida de los no nacidos, detestando todo aquello que implique asesinato (con todas sus palabras). Pero si una de las misiones de la iglesia consiste precisamente en esto, otra fundamental es seguir el ejemplo de Jesucristo. Él no manda a los discíspulos a "los campos de batalla" y se queda en Nazaret esperando noticias. No organiza manifestaciones en contra del poder establecido. No busca contentar políticamente a sus contrarios. El gran misterio de Jesucristo, lo que hizo y hace que tantas y tantas personas le sigan, parte del ejemplo propio de la vida. Ante la pecadora que va ha ser lapidada, no ordena a Pedro que se adelante para detener la ejecución, sino que Él se pone delante de ella para que las piedras no alcancen a esa mujer. Yo me pregunto: ¿Dónde está el testimonio de los obispos?, me hago ésta pregunta al escandalizarme por saber que el "primer" cardenal de España, la cabeza visible de la iglesia española como presidente de la conferencia espiscopal, nos llama a todos los cristianos a participar en la manifestación del día 17 mientras él no lo hará. ¿Qué está fallando?, ¿Por qué en la manifestación de las familias si y ahora no?. No digo esto con desolación anticlerical, sino con dolor cristiano. Prefiero al Cristo que no lleva la cruz de oro en el pecho, sino cargada sobre sus hombros. Quizas, al menos para mí, una clave importante esté en que lo fundamental no es la existencia de unas leyes permisivas, sino el dato de que más de un 40% de las mujeres que abortan sean católicas. Señor Rouco, baje un poco a la tierra y carge un poco con la cruz de Cristo, porque esa cruz pesa. Jesús condenó de forma radical la hipocresía; la iglesia necesita recuperar su novedad y su frescura, pero para eso es necesario que empiecen los de "arriba", ¿cómo? el primer paso será recordar que "estar arriba", es ser el último y el servidor, no el gobernador y el hipócrita. Una vez más, condeno el aborto; una vez debemos de abrir nuestros corazones a aquellas mujeres que lo practican, quizás no necesiten nuestra condena, sino nuestra ayuda.

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