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No podemos callar lo que hemos visto y oído. (Hch. 4, 20)

Sonrie

Sonrie

De rebuscar en lo profundo del ser se cansó el alma,

De encontrar espíritus añejos se llenó la conciencia.

Más no quedó satisfecha la inteligencia

No pudiendo encontrar la ansiada calma.

 

Decidió profundizar en el ayer pasado,

Se puso a caminar entre encrucijadas.

Hasta que encontrose el espíritu cansado,

De vivir historias poco soñadas.

 

Amaneció el sol y su sofocante calor,

Y la vida en blanco se le apareció.

Volvió a sentir el alma aquel dolor,

Y sin pensar, con su sonrisa lo fulminó.

 

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