Nuestro tren
Son muchos los trenes que van pasando por nuestras vidas, muchas las estaciones en las que van parando y muchas las personas que van subiendo a ellos. Esos trenes es nuestra existencia; y hay que tener cuidado, porque algunos solo pasaran una vez, con billete de ida y no de vuelta, cuidado porque podemos perderlos y no volveran a pasar. La estación fundamental será siempre aquella en la que alguien nos espere, aquella cuyas luces esten encendidas y no se apaguen al llegar la noche. Si de pronto ves pasar un tren distinto, nuevo, hermoso, no dejes que se vaya de largo, es posible que ese sea de los que no volveran a pasar. No tengas miedo a subir en el, no dudes por tus incertidumbres o perezas; ese tren no te llevará donde tu no kieras porque es el quien te lleva, pero eres tú quien le marca el camino. Que triste resulta verlo irse a lo lejos y quedarse con lamentos en el arcen mientras se aleja, pasar la vida pensando que hubiese pasado si me hubiese atrevido a subir. Llegar un día, al cabo de los años, en el que la tristeza te azote por haber perdido aquel tren. No lo permitas, disfrutalo; es tu tren. Te digo otra cosa, no te importe lo que las demás personas que quedan el arcen puedan decir, quizás su dureza sea el resultado de que un día lo dejaron escapar, y su deseo ahora es que nadie pueda subir. Suele ocurrir, quien no es feliz no le gusta ver a nadie feliz, al contrario, intenta argumentar motivos por los cuales nadie debería serlo; que no te importe, es tu tren. Yo ya lo he visto pasar, se ha parado delante de mi y no voy a dudar en subirme a el. ¿Te vienes?, eres libre, pero si lo haces no mires con melancolia la vieja estación que queda atrás, sueña y espera la que nos aguarda... esa es la nuestra.
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AMY -