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No podemos callar lo que hemos visto y oído. (Hch. 4, 20)

El hombre que hacía milagros

La historia de Jesús para niños

Disciplina y conflictos en el aula

La carrera de la fe

Biografía de San Agustín (I)

Biografía de San Agustín (II)

Pasapalabra de las religiones

Virgen de Fátima

Trabajo de clase: ¿existe Dios?

existencia de dios

  1. Rellena las dos columnas colocando 10 motivos por los que crees que Dios existe y 10 motivos por los que crees que Dios no existe.
  2. Comenta lo que te sugieren cada una de las viñetas y cuál crees que puede ser su significado.

Comic vida de santos

Plantillas útiles para docentes al inicio de curso

ACTILUDIS:

RELI en GRANDE:

La misericordia de Dios es eterna

La misericordia de Dios es eterna

 

PROFECÍA DE EZEQUIEL 18, 25-28/SALMO 24/ CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS FILIPENSES 2, 1-11/EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 21, 28-32

“Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir. No obréis por envidia ni por ostentación, dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás. Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús”.

            Estas son las palabras del apóstol Pablo a esa comunidad de Filipo, unas palabras que surgen de lo más profundo de su corazón y, más aún, del abismo de su propio dolor y rabia al comprobar que el mensaje de Jesús no ha sido comprendido. Pablo experimenta cómo el cristianismo naciente está haciendo ya desde el principio una división errónea: por un lado anda la fe que proclaman y, por otro lado, anda la vida que viven los que proclaman esa fe.        Esta división no es algo atípico y lo seguimos viendo y viviendo dos mil años después. La palabra de Dios es una palabra de vida, entre otras cosas, porque tiene actualidad en el aquí y en el ahora. Hoy seguimos haciendo lo mismo y el mensaje parece igual de nuevo y de ofensivo para los oyentes que no somos capaces de vernos reflejados en esta realidad.

            No hay más que mirar a nuestro alrededor, dentro de nuestra propia iglesia, pero no me refiero sólo a la institucional, sino de la que formamos cada uno de nosotros, de nuestra parroquia, de nuestro grupo, etc; para darnos cuenta de que ni nos mátenemos unánimes, ni tenemos un mismo sentir, ni un mismo amor. Acudimos cada domingo a la celebración de la Eucaristía viviéndola muchas veces como un cumplimiento y olvidando lo que en ella hay de denuncia hacia nuestra vida. Escuchamos esa palabra de Vida mientras miramos el reloj porque tenemos una cita después y el cura se alarga; proclamamos la fe mientras miramos al que tenemos delante juzgando su actuar y sus comportamientos; rebuscamos en nuestros bolsillos los céntimos que depositaremos en la bandeja, mientras pensamos en dejar lo necesario para el café, la cerveza o la colección del quiosco o, simplemente, para nada, pero que no nos falte, mientras los encargados de caritas hacen verdaderos milagros de multiplicación de los panes y los peces para dar de comer, día a día, a tantas personas cuyos bolsillos hace tiempo que dejaron de ser útiles. Nos acercamos a comer el Cuerpo de Cristo mientras volvemos a juzgar si la persona que llevo delante lo merece o no. ¿Dónde queda la llamada de Pablo a vivir en el amor? ¿Son estos los sentimientos de Cristo Jesús a los que nos llama Pablo? Creo que no, ni lo son para ti, ni lo son para mí. Aquellos de Filipo habían marcado una delgada línea entre su fe y su vida, cada uno de nosotros la hemos ido acrecentando a nuestro antojo y pareciese como si las palabras del Evangelio, por muy alto que se proclamen, formasen parte de una novela de la cual conocemos el final y no nos interesa mucho la parte intermedia. No podemos vivir como católicos sin ser cristianos, no podemos vivir como cristianos sin ser católicos. La palabra católico significa Universal: el mensaje de Cristo es universal y a la vez particular: universal porque nos llama a vivir una misma fe, un mismo amor y una misma comunión; particular porque va al corazón y la conciencia de cada uno de forma única, su lectura es para mí, es para ti. No cometamos el error de, cuando escuchamos la palabra de Dios, pensar en poner ejemplos de personas que no la cumplen: empecemos por nosotros mismos.

            El cristiano NO puede odia, NO puede desear el mal ajeno, NO puede ser indiferente a la necesidad, NO puede ser juez inmisericorde de nadie.

“Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios”. ¿Por qué?, porque ellos saben quiénes son, conocen sus errores, son conscientes de que pueden ser mejores y tienen la capacidad de pedir perdón y buscar el verdadero Amor.

            ¿Quieres ser feliz? NO ODIES, NO DESEES EL MAL, NO CRITIQUES, NO JUZGUES.

            ¿Por qué? PORQUE QUIEN NO ODIE, NO SERÁ ODIADO; QUIEN NO DESEA EL MAL, SERÁ CONSOLADO EN SU DESGRACIA; QUIEN NO CRITICA, NO SERÁ OBJETO DE CRÍTICA; QUIEN NO JUZGA, SERÁ JUZGADO EN EL AMOR DE CRISTO, UN AMOR AL QUE SÓLO LE INTERESA LA SALVACIÓN Y LA ESPERANZA.

 

“Recuerda, Señor, que tu ternura

y tu misericordia son eternas;

no te acuerdes de los pecados

ni de las maldades de mi juventud;

acuérdate de mí con misericordia,

por tu bondad, Señor”.

            El Señor tiene ternura y misericordia eternamente con cada uno de nosotros, ¿por qué no tenerla nosotros con nuestros semejantes? Si quiero experimentar la misericordia de Dios, sólo he de ser yo misericordioso con los demás. Esta es mi oración de hoy, la que compongo cada día y quiero seguir componiendo cada instante:

Señor: que cada ofensa que me hagan,

Sea una ocasión para perdonar.

Que cada vez que me odien,

Sea una ocasión para no odiar.

Que cada vez que me desprecien,

Sea una ocasión para acercarme a los despreciados.

Que cada vez que me critiquen,

Sea una ocasión para que no critiquen a otros en mi presencia.

Dame la fuerza que necesito para poder Amar,

Para poder amarte,

Para amarte en los demás.

Que al cerrar mis ojos a la vida terrena

Sólo encuentre tu perdón y tu amor

Por haber perdonado y amado.

No Te Rindas

Antonio Machado

Mirad: el arco de la vida traza
el iris sobre el campo que verdea.
Buscad vuestros amores, doncellitas,
donde brota la fuente de la piedra.
En donde el agua ríe y sueña y pasa,
allí el romance del amor se cuenta.
¿No han de mirar un día, en vuestros brazos,
atónitos, el sol de primavera,
ojos que vienen a la luz cerrados,
y que al partirse de la vida ciegan?
¿No beberán un día en vuestros senos
los que mañana labrarán la tierra?
¡Oh, celebrad este domingo claro,
madrecitas en flor, vuestras entrañas nuevas!.
Gozad esta sonrisa de vuestra ruda madre.
Ya sus hermosos nidos habitan las cigüeñas,
y escriben en las torres sus blancos garabatos.
Como esmeraldas lucen los musgos de las peñas.
Entre los robles muerden
los negros toros la menuda hierba,
y el pastor que apacienta los merinos
su pardo sayo en la montaña deja.

Pelicula sobre Maximiliano Kolbe: genial

El Sacramento del perdón

Animación: Cómo se elige un Papa

Animación: Cómo se elige un Papa

http://vaticaninsider.lastampa.it/es/homepage/vaticano/come-si-elegge-il-papa/

Del Amor al Perdón

Del Amor al Perdón

LIBRO DEL ECLESIÁSTICO 27,33-28,9// SALMO 102// CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS ROMANOS 14, 7-9// EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 18, 21-35

            No conozco ningún libro que pueda ser resumido en una sola palabra, una palabra que recoja la verdadera esencia y finalidad de la obra, su intrínseca naturaleza. Sólo el Evangelio es capaz de ser resumido en un vocablo con significado propio y que adquiere su sentido desde la lectura de sus páginas: la palabra AMOR. De ella se puede derivar otro ciento como perdón, solidaridad, caridad, y un largo etcétera que vuelve a hablarnos  de la misma palabra. Y ciertamente no se trata sólo de cuatro letras, sino que en cada una de ellas hay un verdadero mensaje y una invitación a un estilo de vida distinto. Se trata de la esencia del cristianismo, de la esencia del mensaje de Jesucristo y del testimonio de su propia vida impregnado por la invitación a vivir en el amor. Los cristianos no podemos ni debemos vivir nuestra fe como si el amor fuese algo complementario o ajeno a nuestras creencias, cuando hacemos esto (y lo hacemos muchas veces) estamos abriendo una puerta muy difícil de cerrar, la puerta del “cristianismo social”, es decir: vivir como cristiano pero sólo en los actos y cultos sociales, no hacerlo en la interioridad de la propia conciencia y del corazón. Cuando optamos por vivir este cristianismo social, nos estamos engañando a nosotros mismos, porque no nos llevará a ningún sitio ni tendrá utilidad alguna para nuestra vida; seremos cristianos pero sin Cristo. Esto en el fondo es una forma de hipocresía. El cristianismo social (muy extendido en nuestros días y muy presente incluso en la propia iglesia, que ha de estar alerta constantemente para erradicar este mal), nos aleja, no sólo de los demás, sino de Dios. Nos lleva a crearnos nuestro propio dios, ese cuyo mensaje sólo tiene palabras de conformismo y de egocentrismo.

            El auténtico cristianismo nace inexorablemente del Amor de Cristo, y el Amor de Cristo tiene su raíz en la Caridad más profunda, una Caridad cuyo pilar fundamental es el Perdón: “¿Cómo puede un hombre guardar rencor a otro y pedir la salud al Señor?”. No puede, porque si lo hace vive bien lejos de Cristo, apartado de Dios y habiendo creado un dios a su imagen y semejanza. No olvidemos que Dios nos crea a su imagen y semejanza, no nosotros a Él a nuestra imagen y semejanza (eso es lo que quieren algunos).

Dios no nos perdona sólo por su magnanimidad eterna, ni por su compasión infinita para con nosotros. Dios nos perdona para que nosotros aprendamos a perdonar. ¿Qué triste sería ver llegar el momento de nuestra muerte con un corazón empapado de odio y de rencor verdad? Pues no olvidemos que no sabemos ni el día ni la hora…

Perdonar setenta veces siete no es perdonar sin más el mal que alguien puede hacerte, es romper con el fatídico dicho de “yo perdono pero no olvido”, porque quien no olvida condena su propia conciencia al odio y al rencor, al recuerdo de que alguien me hizo daño en un momento. Quien puede perdonar ha de poder olvidar, porque sólo así podrá gozar de la felicidad interna que nace del corazón.

            Nos dice san Pablo: “Ninguno de nosotros vive para sí mismo y ninguno muere para sí mismo. Si vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor; en la vida y en la muerte somos del Señor. Para esto murió y resucitó Cristo: para ser Señor de vivos y muertos”. Si esto real, vivamos como vive Cristo: ajenos al odio y al rencor, sacando de nuestro corazón todo aquello que nos hace sentir y desear lo malo a los demás y que, en el fondo, nos hace estar a disgusto con nosotros mismos. Muramos como muere Cristo: pidiendo el perdón y dejando una estela tras nosotros que sea de amistad y compasión, no de enemistad y odio. ¿Cómo se consigue esto? Practicando desde lo más pequeño, sólo así. Nadie será capaz de perdonar un mal grande si no ha empezado por no tenerle en cuenta a otro, quien sea, algo tan nimio como el que “no me haya saludado”, o es que me han dicho que dijo…,  y tantas otras cosas pequeñas que bien conocemos todos y que, a la larga suelen derivar en una enemistad de por vida. Hay que comenzar por lo pequeño para poder llegar a lo grande: no tenerle a nadie en cuenta el mal y vivir y morir sin tener enemistades ni odios absurdos.

            No permitamos que en el momento de presentarnos ante Dios nos pueda ocurrir lo que Jesús, mediante una parábola, nos dice en el Evangelio: "¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?" Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda.

            Proclamemos las palabras más hermosas que, a mi parecer, se han escrito sobre el Amor y el Perdón, y dejos que ellas venzan a otras tantas tonterías que asolan nuestra mente y que semillas del mal que, si lo dejamos, va creciendo en nosotros:

Bendice, alma mía, al Señor,

y todo mi ser a su santo nombre.

Bendice, alma mía, al Señor,

y no olvides sus beneficios.

Él perdona todas tus culpas

y cura todas tus enfermedades;

él rescata tu vida de la fosa

y te colma de gracia y de ternura.

No está siempre acusando

ni guarda rencor perpetuo.

No nos trata como merecen nuestros pecados

ni nos paga según nuestras culpas.

Como se levanta el cielo sobre la tierra,

se levanta su bondad sobre sus fieles;

como dista el oriente del ocaso,

así aleja de nosotros nuestros delitos.

Unidad didáctica de Jumilla

Unidad didáctica de Jumilla

La Cofradía de Nuestra Señora la Virgen de la Asunción ha presentado esta tarde la Unidad Didáctica "Virgen de la Asunción de Jumilla y Coronación Canónica" en la Ermita de San Agustín. Es el punto de arranque de todas las actividades preparatorias al acto de coronación, que tendrá lugar el próximo 11 de diciembre.

La presentación ha sido presidida por el delegado episcopal de Enseñanza, Juan Carlos García, que ha estado acompañado por el consiliario de la cofradía, el párroco Jorge Oliva; el concejal de Educación, Ramiro García; la responsable de prensa y culto de la cofradía, Juana María Tomás; y el profesor de religión del IES Felipe II de Mazarrón, Pedro Martínez, también artífice de la unidad didáctica.

Está prevista que esta herramienta educativa llegue a los alumnos jumillanos durante el primer trimestre del curso. Pedro Martínez ha explicado que utiliza un lenguaje claro y sencillo para hacer llegar a los alumnos la tradición y los conocimientos de su Patrona. De hecho, explica el motivo por el que es patrona de Jumilla, desde cuando, en qué lugar se encuentra o cuando se celebran las fiestas en su honor. Dos personajes, para la unidad de primaria, se encargan de explicarlo todo de manera divertida, se llaman Asun y Jumi.

El Delegado Episcopal ha felicitado a la Cofradía por la iniciativa y ha destacado la importancia de dar a conocer las raíces cristianas, profundizar en ellas, porque uno de los principales problemas del alumnado, ha dicho, es que están "desidentificados" social y culturamente.

Desde la Cofradía han agradecido la colaboración de la Junta Central de Hermandades de Semana Santa y empresas colaboradoras para la realización de este trabajo, hecho con muchas horas de trabajo e ilusión, contaba Juana María Tomás

Travesía contra corriente

ESTA EN CORRECCIÓN, PERDONAD LAS FALTAS DE TAQUIGRAFÍA. LA PARTE FINAL DEL TEXTO LA HA MODIFICADO EL PROGRAMA, LOS ESQUEMAS SE HAN CAMBIADO